martes, 25 de agosto de 2015

ANTON DELGADO, ABORIGEN "GUANCHE" DE GRAN CANARIA, HABLA DE SU ORIGEN EN 1586

Rumen  SOSA MARTIN

“Pervivencia de los antiguos canarios: Extincionismo vs Ciencia”


“… tuvo gran amistad con un hombre honrado canario, natural de Gran Canaria, que se llamaba Antón Delgado, y extrañábase de que no tuviesen memoria los naturales de aquellas islas de dónde procedían; y preguntándole si tenían de esto alguna noticia, le respondió Antón Delgado, sonriéndose, que dónde podían proceder sino de esta Berbería, que estaba allí tan cerca. Y le replicó Andrés Martins que no podía así ser, porque si fuesen de allí, tendrían la ley y secta de los moros y la misma lengua. A lo que respondió Antón Delgado: -Parece que en el tiempo cuando los habitantes de Canarias de la tierra de África vinieron a parar aquí, todavía no había la secta de Mahoma, que ahora siguen los moros; porque yo entiendo tres lenguas, a saber, la de Canaria, la de Tenerife y la de la Gomera, y todas se parecen mucho a la lengua de los moros. 



Cenobio de Valerón, granero guanche en Gran Canaria


Y aun decía Antón Delgado que bien podía esto ser así, pues los canarios tienen todas las maneras de los moros en sus costumbres, así sus molinillos de mano, y usan gofio como moros y parece que aunque cambiaron el lenguaje que traían, no cambiaron algunas costumbres de su tierra, que habían visto con sus ojos y practicaban entre ellos allá. Y aunque los canarios tengan variedad, sus lenguajes casi todos tiran al de los moros”.



Gaspar Frutuoso. "Saudades da terra"



(De Wikipedia:https://es.wikipedia.org/wiki/Abor%C3%ADgenes_canarios )


La conquista de las islas Canarias duró casi cien años, de 1402 1496, supuso la desaparición de gran parte de los elementos de la cultura aborigen en todas las islas, la conversión al cristianismo y el mestizaje entre colonos y población local.
Por un lado, se produjo mediante la penetración religiosa y cultural fruto de la introducción de colonos, sobre todo del sur peninsular, en asentamientos estables. Las relaciones de producción de los asentamientos toman las formas de un régimen señorial híbrido.
Por otro lado, la destrucción del propio sistema de producción aborigen y los consecuentes ataques a los colonos llevan a la conquista militar.  Esta comienza con la encomienda de Enrique III de Castilla a los normandos Juan de Bethencourt y Gadifer de la Salle y concluye con los Reyes Católicos.
El descenso de la población de las islas, ya diezmada por las incursiones y razzias de piratas y cazadores de esclavos desde África, se agravará con las enfermedades llegadas de Europa e hizo que los colonizadores buscaran mano de obra esclava en Berberia (Magreb). Estos esclavos eran llamados moriscos -sin relación con los moriscos peninsulares-, y acabaron también por fusionarse con la población de aborígenes y colonos que pervivió. Historiadores como Aznar Vallejo hablan de que un tercio de la población de Canarias a inicios del siglo XVI sería aborigen, mientras que otros como Macías la estiman en un 40%. Sin embargo, Dominik Wölfel invierte la proporción y estima unos 2/3 de indígenas, tras la conquista, y diversos datos desde la antropología y la genética desmienten parcialmente la tesis de la extinción y minorización de las antiguas poblaciones canarias. La situación durante este siglo, tras el fin de la conquista, continuó empeorando con las incursiones de los piratas berberiscos Calafact (1569), Dogalí (1571) y sobre todo Amurat el Moro o Morato Arráez, que en la masacre de 1586 exterminó a la práctica totalidad de la población de Teguise.
En la isla de La Gomera sobrevivió mayor población prehispánica, siendo minoritaria la repoblación europea (portuguesa y castellana principalmente).

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